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Tener una idea clara de lo que sucede en tiempos turbulentos de gran agitación donde los cambios son los protagonistas de la perdida de trayectoria; la creación de sentido se convierte en una habilidad digna de ser desarrollada a su máximo potencial por los líderes para entender lo que está sucediendo en el entorno actual.
«Con el tiempo, a medida que la gestión se ha ido profesionalizando cada vez más, se puede percibir una especie de nihilismo o pérdida de sentido en las capas ejecutivas. Este nihilismo es más fuerte en las grandes culturas corporativas donde la administración es vista como una profesión en sí misma, sin una fuerte conexión con lo que la compañía realmente hace o realiza».
~ Christian Madsbjerg
A menudo buscamos nuevas maneras o métodos para enfrentar la incertidumbre, más aún, cuando llevamos el peso de la responsabilidad de guiar a otros en los esquemas organizativos.
Tomar la dirección precisa para salir de la tormenta cuando esta ha llegado a las organizaciones, es una tarea titánica. ¿Qué acciones son las correctas? ¿Cuál es el trayecto adecuado? ¿A qué destino llegar?
Parece que durante siglos resolver los enigmas para anticiparse al futuro ha sido el mapa oculto del tesoro que todo líder quisiera tener en sus manos; por fortuna se han realizado estudios de investigación para desarrollar herramientas prácticas y modelos de enseñanza que permitan a las organizaciones conseguir las pistas para acercarse con mayor claridad a este.
Una de ellas es Sensemaking o Creación de Sentido. En una posición de liderazgo, comprender lo que está sucediendo, al igual que adquirir un entendimiento claro del territorio empresarial son factores importantes para valorar el contexto cultural corporativo. Por lo tanto si queremos avanzar firmemente, las decisiones que se tomen deben apalancarse en el sentido previo de lo que puede hallarse más adelante.
El rumbo dependerá directamente del enfoque que se establezca y los correspondientes ajustes que se hagan sobre la marcha a medida que recibimos datos, en otras palabras, para encaminarnos correctamente, debemos evitar conclusiones erróneas o integrar sesgos en la información obtenida del entorno. Prepararse en un liderazgo más visionario es fundamental para este campo.
Según como los datos empiecen a lanzar sus primeras luces sobre el despliegue de las acciones estratégicas, es indispensable evaluarlos junto con el equipo de trabajo y miembros de otros departamentos o sectores para prospectar y validar el sentido actual de la ruta.
Esto es uno de los mayores desafíos al momento de encaminar a las organizaciones.
Entonces, ¿desde que base parte el liderazgo organizacional para darle valor a esa dirección? Lo hace a partir del «Sensemaking» o la «Creación de Sentido.»
La creación del sentido es un término que fue articulado por primera vez por Karl Weick, como un marco coherente para comprender lo que está sucediendo y la manera en que creamos un orden a partir de los eventos que experimentamos cada día. Es un prerrequisito para la resolución de problemas complejos y la toma de decisiones ante la aparición de entornos producidos por factores disruptivos.
Ahora bien, cómo todo campo que se va a explorar por primera vez, es necesario contar con el apoyo de un mapa que nos permita detectar señales y patrones para encaminar el enfoque de la visión.
Usualmente cuando se presenta una situación desconocida estamos ávidos por obtener información que nos ayude a anticiparnos hacia eventos imprevistos y prepararnos a ellos, es en este contexto que la construcción de sentido toma su rol protagónico para darle forma al medio y a la posición en la que nos encontramos.
Para esto los líderes visionarios utilizan en términos simplificado, tres funciones importantes que involucra la construcción de sentido:
Para graficarlo mejor, digamos que recibe la llamada de su mejor amigo, quien lo invita a cenar. Le envía la ubicación, usted se prepara y llega al evento, en lugar de encontrar un restaurante acogedor se enfrenta a un gran salón lleno de mesas adornadas para un banquete donde hay decenas de desconocidos vestidos de gala sentados en ellas, su amigo sale a su encuentro, le da la bienvenida y lo ubica en una de estas mesas, mientras él desaparece.
Ante la situación incómoda, usted empieza a construir sentido al observar detenidamente lo que le rodea (ver) para obtener señales que le brinden información. Reunido los datos, su cerebro empieza procesarlos y comparar la situación actual con situaciones similares que ha vivido en el pasado (pensar), incrementando el nivel de comprensión de su realidad. Luego usted empieza a ejecutar ciertas acciones como identificar puntos en común en otras personas o escuchar conversaciones (hacer) para probar y tantear el terreno.
En este proceso se ha dado los pasos a la creación de sentido, adquiriendo discernimiento sobre el estado situacional. Una vez recopilada la información previa, automáticamente pasa a analizarla para tomar decisiones sobre el tipo de estrategia, comportamiento y acciones que va a emplear (futuro) el resto de la noche en el nuevo panorama.
Si ponemos a un político con años de experiencia en este campo, lo interpretará fácilmente como uno más de sus escenarios habituales anticipándose inmediatamente a eventos no calculados por usted.
Como lo manifiesta la Dra. Deborah Ancona, distinguida profesora de gestión de Seley y fundadora del MIT Leadership Center en la MIT Sloan School of Management, «La construcción de sentido es simplemente darle sentido al mundo”, una habilidad indispensable para comprender lo que está sucediendo y anticiparse para actuar.
Al explotar esta capacidad podremos entender de forma detallada del entorno en el que nos encontramos eliminando puntos ciegos, y así, detectar datos claves, obtener información, y analizarla para avanzar ágilmente dentro del campo de lo desconocido, caótico y complejo de la disrupción.
Si le preguntamos al CEO de una empresa de turismo que carezca de esta habilidad ¿Qué áreas tendrá que reestructurar para reducir el impacto de la crisis causada por la pandemia? Seguramente enumerará una lista de algunos puntos que han sido golpeados en base a su análisis en retrospectiva, sin comprender todo el sentido de afectación de su industria. Pero ¿Está viendo las tendencias en sectores similares? ¿Está considerando el nuevo sentido de identidad de los mercados? ¿Está contemplando futuras amenazas a causa del avance tecnológico? O ¿El nacimiento de competidores más desafiantes?
La formulación de estas preguntas, amplían la creación de sentido, nos hace detectar esas señales débiles o patrones que se ubican en los puntos ciegos. Hacen visible lo invisible.
No basta con nuestra interpretación, es preciso involucrar a la mayor cantidad de actores con perspectivas diferentes, expertos y novatos ubicados en sectores que de una u otra forma se interrelacionan con nuestra industria para pulir el sentido de la realidad que enfrentamos y aprovechar las oportunidades que se presentan.
Debora Ancona, plantea cuatro principales contenedores de información. Aquí “los gerentes deben trabajar junto con todos los miembros de la organización para actualizar su comprensión de los cambios. Tecnología, mercados, clientes y movimientos competitivos.”
Con esto en marcha, lanzarse transformar sus empresas, dando origen a un moderno estilo de manejo, a través de la exploración, experimentación e innovación con base en los nuevos hallazgos
Actualmente el nacimiento de una nueva raza de organizaciones se está tomando los primeros lugares de las 100 empresas más grandes del mundo por capitalización de mercado, como Microsoft, Apple, Amazon, Alibaba, Alphabet entre otras. Entonces ¿Qué tiene que ver esto con la creación de sentido? Mucho. Estas organizaciones trabajan en la periferia, en los límites del centro del negocio, buscan ver, comprender y actuar con un sentido claro que los lleve a proyectarse más allá del horizonte.
Son las llamadas organizaciones exponenciales o más conocidas como EXO. Se caracterizan por sufrir transformaciones intencionales de forma continua, tienen la capacidad de iterar aceleradamente, se centran en el compromiso hacia su comunidad dándoles un gran sentido de pertenencia, y desde mi punto de vista su mayor activo es la información.
Las EXO incorporan ciertos atributos que les permiten escalar exponencialmente ante las nuevas tendencias, anticipándose a los cambios.
Todas estas organizaciones viven explorando territorios desconocidos bajo una cultura de significado. Su elemento principal es el PTM (Propósito de Transformación Masivo) el cual le ha dado mayor sentido a la construcción de las realidades, motivándolos a resolver grandes problemas.
Pero ¿Qué conexión existe entre la creación de sentido y el PTM de las EXO? Para comprenderlo mejor, necesitamos adoptar la mentalidad de sus líderes, explorar lo que ellos vieron, y así determinar el puente que los vincula.
Los líderes de las EXO se dieron cuenta que la presión de las megatendencias conectadas unas con otras producen mayores desafíos para la humanidad, que exigen ser resueltos con urgencia.
La innovación, así como, el desarrollo de las tecnologías emergentes se convierten en grandes herramientas para enfrentar las necesidades existentes y venideras, pero en proporción al crecimiento de estas, también la disrupción aumenta. Crece la incertidumbre y aparecen nuevos escenarios que transmutan velozmente, para lo cual no estamos preparados.
En este punto se crea un puente llamado significación que ayuda a comprender lo que esta sucediendo en el entorno actual.
Requiere asimilar profundamente los aspectos culturales de los sistemas organizativos, obtener claridad de la situación, entender el contexto real desde varias perspectivas y darle sentido de propósito a lo que realizamos.
Por consiguiente, estos líderes vieron un escenario ampliado, tuvieron una visión con sentido lógico. Sabían que para enfrentar problemas complejos era necesario captar la rapidez de los impactos turbulentos a los que se enfrentan sus empresas. Las convirtieron en organizaciones ágiles y desarrollaron principalmente un pensamiento anticipatorio y un pensamiento futurista.
Percibieron que un PTM amplía la capacidad de sentido sobre lo que son, dónde están, dónde quieren estar y qué enfrentarán a futuro, de esta manera. Se centraron en la correspondiente prospección.
Los eventos disruptivos estarán cada vez más presentes y las fuerzas globales como; el cambio climático, la urbanización rápida, la escasez de recursos naturales, la exploración espacial y el cambio social, pondrán a prueba el liderazgo.
Si no se considera la habilidad para construir sentido, al igual que las dos líneas de pensamiento (anticipatorio y futurista) como componentes indispensables para prospectar, la visión que tengamos fracasará. Se romperá la conexión con la realidad humana, sin beneficiarse de la lectura correcta de las nuevas corrientes.
Primero, las actuales generaciones de líderes deben ser conscientes de la importancia de reiniciar su mentalidad con el fin de estar a la vanguardia de los acontecimientos, así evitarán ser obsoletos. En segundo lugar, ellos deberán equiparse con las habilidades de liderazgo que exige esta nueva raza de organizaciones.
En conclusión, si estás dispuesto a liderar, no te sostengas únicamente en fortalecer habilidades ya conocidas, como la resolución de problemas o pensamiento estratégico, estas serán soportadas fácilmente con Inteligencia Artificial, Big Data o el nacimiento de nuevas tecnologías.
Es importante mirar al frente, aumentar la capacidad para comprender lo que está sucediendo en el entorno actual, anticipar posibles eventos o no eventos y prever los cambios del futuro.
Te invito a que comiences a potenciar tus habilidades para adaptarte a nuevos escenarios, cuento con los entrenamientos indispensables para ayudarte a escalar en este ámbito.